Cuando uno aborda el estudio de cualquier lengua lo primero que le viene a la mente que va a necesitar es un diccionario. Esto es verdad con matices, ya que para poder hacer un buen uso de un diccionario es preciso tener unos conocimientos básicos de la lengua. Lo mismo sucede con este diccionario.
Es decir, si cogemos el diccionario sin tener conocimiento alguno de jeroglíficos no nos enteraremos de nada ni seremos capaces de interpretar nada de lo que hay en él. Es cierto que nos puede servir para familiarizarnos con diversos signos, pero poco más.
Cuando realmente haremos un buen uso de él es cuando llevemos 1-2 años estudiando jeroglíficos. Entonces es cuando podremos buscar términos de forma más efectiva y comprender todas las partes que van antes del propio diccionario y que antes no eran más que galimatías.
Porque antes del propio diccionario tenemos una serie de apartados gramaticales que solo entenderemos si hemos estudiado ya que son tablas de plurales, desinencias, preposiciones, etc. que no vienen acompañadas de explicaciones por lo que solo comenzarán a ser útiles cuando hayamos estudiado todos esos conceptos. Su función en el diccionario es de servirnos de guía, repaso o chuleta de lo que ya sabemos.
Es cierto que yo mismo comencé a familiarizarme con muchos signos y sus transcripciones mucho antes de estudiar jeroglíficos, pero más allá de eso no le encontraremos utilidad en un principio. Sin embargo, en cuanto tengamos esa base de la que hablaba nos encontraremos consultándolo con asiduidad.
Es cierto que la edición es del año 2000, pero no por ello vamos a encontrar problemas de actualización. La numeración de Gardiner es de lo primero que encontramos al ojear el libro, seguido por una serie de tablas con todos los conceptos gramaticales básicos, sin explicación, tales como género y número, pronombres, números, adjetivos o formas verbales entre otros. Solo después de estas páginas iniciales encontraremos el diccionario propiamente dicho.
Al final se complementa con una serie de apartados que demuestran ser muy prácticos, sobre todo cuando buscamos palabras del español a jeroglífico y no a la inversa si estamos traduciendo. Tenemos un apartado con los nombre de los reyes en cartuchos, un diccionario español-egipcio en forma transliterada y, por último, un anexo copto.
Todo ello hace que sea fundamental tenerlo en casa. Hay libros centrados en la gramática y diccionarios (en inglés) más completos, pero este lo recomiendo para empezar, nos ayudará a refrescar conceptos y buscar palabras y traducciones que hará que vayamos cogiendo más confianza con los jeroglíficos y, cuando estemos un paso más avanzados, pasar a manuales más completos o especializados.
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