Reseña: El artista en el antiguo Egipto. Vida y carrera de los pintores de Ramsés II de Gema Menéndez
El artista en el antiguo Egipto. Vida y carrera de los pintores de Ramsés II es uno de los libros sobre el antiguo Egipto en el que la editorial Dilema nos presenta un nuevo estudio en profundidad. En este caso de la autora Gema Menéndez y centrado en los artistas de las tumbas entre las dinastías XIX y XX.
Gema Menéndez es egiptóloga y epigrafista y ha publicado sobre distintos aspectos relacionados con las tumbas tebanas y Deir el Medina, de hecho, trabajó en el proyecto Djehuty durante varias campañas. Su conocimiento del arte egipcio y de las tumbas tebanas es vastísimo como se pone de manifiesto en este trabajo.
El libro es el estudio más detallado que vamos a encontrar en español sobre este tema, y como la misma autora indica, trabajos previos de referencia en otros idiomas hay a lo largo del último siglo siempre mejorando o acotando el trabajo anterior, por lo que podemos decir que la obra está totalmente actualizada y seguramente pase mucho tiempo hasta que otro estudio pueda ofrecer algo más de lo que aquí vamos a encontrar.
La autora ha dividido el libro en varios apartados con el objetivo de darnos una idea global del trabajo de un artista desde todos los puntos de vista. De esta forma vamos a comenzar, como es lógico, con una introducción, seguida de una visión del artista egipcio muy personal, un punto de vista de sí mismos y cómo se percibían. Para analizar este punto en detalle Gema analiza tanto autorretratos y reconocimiento de sus obras, como otros testimonios de su trabajo y la idea y el concepto de arte que tenían de ellos mismos.
Al hablar del artista egipcio, y más en las tumbas tebanas, un paso obligado es por el poblado de Deir el medina y por este motivo se le dedica un capítulo entero en el que se desgrana la estructura del poblado así como la historia del mismo. De ahí pasaremos a estudiar en detalle las técnicas y la organización de su trabajo, el proceso de reclutamiento y formación, la construcción de tumbas reales y otras tareas paralelas que desarrollaban.
Uno de los apartados que más me gustan y más creo que llaman la atención al lector es el relato de cómo los artistas eran empleados y trabajaban para las tumbas de sus colegas o realizaban otra serie de encargos privados en los que a su vez se autorretrataban o dejaban una serie de documentos administrativos o arqueológicos que nos ha permitido seguir su trabajo, en ocasiones durante generaciones.
Este hilo es precisamente uno de los más interesantes del libro y es que se sigue la genealogía de dos familias de trabajadores a lo largo de la historia buscando el siguiente eslabón en el árbol familiar, su trabajo, obras, estilo y características principales. Todo un trabajo de documentación asombroso e increíblemente gratificante de leer.
Antes de finalizar, Gema escarba aún más en el legado que estos artistas, en principio anónimos pero no tanto como nos demuestra en las siguientes páginas, han dejado para la eternidad en forma de firmas y otras formas de identificación de su trabajo que permite ponerles nombre ya sea comparando estilos y técnicas artísticas, coincidencias iconográficas o representaciones de los artistas en escenas funerarias.
En definitiva, un libro fascinante, lleno de información y datos útiles contados de forma muy amena y bien hilada que consigue que nos terminemos el manuscrito antes de que nos demos cuenta. En mi opinión, una obra de referencia que todo amante del antiguo Egipto debería tener en su biblioteca, especialmente si está interesado en toda la parte artística, las tumbas tebanas y el poblado de Deir el medina.
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