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Dioses: Bes




El dios del que voy a hablar en la entrada de hoy es uno de los más desconocidos para el gran público, pero a la vez una divinidad muy importante a nivel popular dentro de la vida cotidiana de los habitantes de Kemet. Se trata del dios Bes, cuya problemática a la hora de identificar tanto sus orígenes como sus atributos físicos ha dado mucho que hablar entre los estudiosos. 

Tanto la iconografía como la historia del dios Bes son unas de las más complejas de descifrar por parte de egiptólogos y estudiosos. Muchos han sido los trabajos en torno a este dios y disponemos de pocas conclusiones firmes y sin discusión.

Tarro con forma de dios Bes de la dinastía XVIII. Créditos de la imagen: Museo del Louvre


BES-AHA 

Lo que sí parece claro es que su presencia está atestiguada tanto en el Reino medio como en el Reino Nuevo y hay pistas de que en el Reino antiguo también existía, aunque no está claro para todos los autores, al menos de si se trataba del mismo dios Bes o de otra divinidad llamada Aha a la que luego se asimiló Bes. Según James Romano solo hay 3 pruebas epigráficas de la presencia de Bes en el Reino antiguo. (J. Romano 1989). 

En el Reino Medio obtenemos la mayor parte de imágenes del dios gracias a los llamados cuchillos mágicos en los que podemos verle en su forma leonina. H. Altenmüller (1986) sugiere tres propósitos para el uso de los cuchillos mágicos: La protección de madres e hijos, como un instrumento para conseguir que el fallecido alcanzase la otra vida y como un objeto ritual para celebrar delante de una estatua. Sobre estas funciones del dios hablaré un poco más adelante. 

Cuchillo mágico del Reino medio.


Hay bastantes discrepancias sobre si es realmente esta representación la de Bes y no la de Aha o algún otro dios anterior, por lo que la imagen de la divinidad que tenemos en el Reino nuevo y en periodos tardíos podría ser una evolución de Bes u otro dios totalmente distinto al de los descritos en épocas anteriores. Es cierto que sus rasgos básicos son idénticos en ambos periodos, así como la postura de las imágenes, pero no hay una evidencia clara ni de una teoría ni de la otra. De hecho, el nombre que aparece en estas representaciones es el de Aha, y no podemos atestiguar el nombre de Bes hasta el Reino Nuevo y periodos tardíos. Richard Wilkinson distingue hasta 9 nombres o dioses que podrían referirse al mismo dios o distintos dioses con idénticas funciones: Aha, Amam, Hayet, Ihty, Mefdjet, Menew, Segeb, Sopdu y Tetetenu. 

A este respecto F. Velazquez Brieba sostiene que el hecho de que aparezca bajo diferentes nombres y en diferentes épocas podría significar bien que fuese un único dios con diferentes nombres, dependiendo de factores cronológicos y geográficos, bien diferentes dioses con distintos nombres, pero con las mismas características iconográficas y atributos similares, o bien un único dios con diferentes versiones de sí mismo cuyo nombre varía según sus funciones. (Velazquez brieba, 2001 p15). 

Fragmento de un cuchillo mágico de la dinastía XIII en el museo de Brooklyn.


Hay una mención a Aha en los textos de las pirámides (1189): “Yo soy ese pigmeo de las danzas del dios que divierte al dios delante de su gran trono” 

La conclusión que podemos sacar de todo esto es que no hay una conclusión clara. Bes puede ser la evolución de Aha o un dios diferente que surgiera posteriormente y relegase a Aha al olvido. Personalmente creo que esta podría ser la teoría más plausible visto que la presencia de Aha en el Reino nuevo brilla por su ausencia mientras que la de Bes se multiplica. 


ORIGEN 

En cuanto a su origen también hay discrepancias entre los estudiosos ya que, aunque en general la mayoría lo considera nativo egipcio, hay algunos que sostienen que su origen es extranjero (Bruyere, 1939 – Spence 1995 – Krall, 1899 o Romano, 1989 p 220). Sus epítetos como señor de Nubia y sus rasgos más exóticos han llevado a pensar a varios expertos, algunos lo declaran así sin ninguna duda, que Bes tiene un origen fuera de las tierras del antiguo Egipto. No hay evidencia ni de una ni de otra teoría, pero ante la falta de ellas, considero que no debemos tomar a Bes como un dios cuyo origen se sitúe fuera de Kemet. 


ICONOGRAFÍA 


Entre sus muchas representaciones, a través de las distintas épocas, podía aparecer como un león alzándose sobre sus patas traseras o como un enano con tocado de plumas, tripa, barba y pecho prominente. 

Amuleto de baja época en el Pelizaeus-Museum.


Sus imágenes aumentan durante la Dinastía XVIII y se empieza a representar con un tocado de plumas sobre la cabeza. Ejemplos de esta presencia los encontramos en las imágenes de la escena de la teogamia de Hatshepsut, posteriormente duplicadas por Amenofis III, o como parte de la decoración de una cama en la tumba tebana 99. 

El tocado de plumas, que pasa a ser un símbolo de Bes más en el Reino Nuevo, se convierte en un elemento que aparecerá siempre en la baja época, aunque el tocado cambiará de plumas según la ocasión pudiendo mostrar el típico loto de Nefertem, la corona Atef o una doble pluma entre otras variantes. (Romano, 1989 p.194) 

Igualmente, en ocasiones se le representa con dos alas extendidas aunque es una iconografía menor respecto al Bes sin alas y menos corriente en dinastías posteriores a la XVIII. Las imágenes de bes alado que comienzan a aparecer durante la dinastía XVIII no se encuentran durante el tercer periodo intermedio. Romano cita solo un ejemplo en la baja época con esta iconografía. 

Vaso en forma de Bes de baja época. Créditos de la imagen: Museo del Louvre.


Ya desde el tercer periodo intermedio y la baja época se le representa habitualmente llevando una piel de leopardo, quizá un recuerdo de su antigua iconografía leonina. 

En cuanto a la evolución de su iconografía hay que destacar el paso de una imagen leonina a una más humana, especialmente al adentrarnos en la baja época en la que el gusto griego tendió a humanizar a los dioses, como Horus convirtiéndose en un infante, alejando su aspecto animal de las representaciones (M.ªAmparo Arroyo de la Fuente 2006 p 9). 

Una de las características que lo diferencian de otros dioses, y de casi cualquier otra representación de arte egipcio, es que Bes se muestra de frente en contraposición a la habitual forma de perfil en la que los antiguos egipcios representaban a las personas y los dioses. 


FUNCIONES 


Se trata de una divinidad beneficiosa, protector tanto de los niños como de embarazadas y parturientas. Romano,J.F.1989:110-112. indica que «el enano que llegara a adulto sería considerado un ser especial que había sobrevivido a los grandes peligros del parto, de aquí que al dar esta apariencia al dios se quisiera reflejar un vínculo directo con su función». Es, sin duda, una forma de explicar su carácter protector del parto aunque no debemos olvidar que su forma de enano es posterior a su misma existencia, siempre que consideremos que su aspecto leonino con el que puede confundirse con otros dioses, sea el antecedente de Bes. 

Su presencia decorando cabeceros de cama nos ha llevado a pensar que podría ser un protector del sueño. Al mismo tiempo, ofrecía asistencia contra las serpientes, no en vano muchas de sus representaciones más antiguas son sujetando o mordiendo serpientes o incluso con un cinturón formado por estos reptiles. 

Estatua de Bes de la dinastía XXX encontrada en el Serapeum de Saqqara. Créditos de la imagen: Museo del Louvre.


Podría tener incluso un cierto carácter sexual como se desprende de las imágenes del Serapeum de Menfis en el que se descubrió un gran número de figuras fálicas, llegando incluso a encontrarse en época greco-romana representaciones de terracota de Bes con un gran miembro viril. Este carácter sexual de Bes se ve remarcado en época tardía con figuras itifálicas e imágenes en cámaras ptolemaicas en Saqqara. 

En el Reino Nuevo puede interpretarse también este carácter sexual solamente en las imágenes de bailarinas que llevan tatuado al dios en sus muslos. Siendo esta la única pista que tenemos sobre su connotación sexual durante la “edad dorada” egipcia, es más lógico presuponer que esta connotación se le otorgó a partir del Tercer periodo intermedio siendo más acusada en época greco-romana. 

Bes evolucionó en sus funciones tanto como en su iconografía durante la baja época. Comenzó a asociarse con la danza y el baile, algo a lo que se vinculaba comúnmente a los enanos en Kemet, así como a diversos mitos como el de la diosa lejana del que formaba parte en la comitiva de los dioses que debían apaciguar a Sejmet. (Castel,E.2001:143) 


CULTO Y EXPANSIÓN EN EL EXTRANJERO 


Su culto nunca llegó a ser oficial, pero a nivel popular o privado son muchos los elementos que nos indican que fue muy apreciado (amuletos, joyas, imágenes en el poblado de Deir el medina). Esta popularidad llegó a expandirse más allá de las fronteras egipcias encontrando imágenes del dios en lugares como Chipre, Siria, Asiria o incluso en España (Ibiza), normalmente como imágenes de marfil. 

Bes se ha representado en numerosas ocasiones en vasijas, como aparece de forma habitual en el Reino Nuevo (TT 65 de Nebamon y templo de Seti I en Karnak por ejemplo), así como en vasos, ya desde el Reino Medio hasta la época tardía en la que su culto y presencia parecen multiplicarse con los Ptolomeos. Uno de estos vasos fue encontrado en un enterramiento en Almuñecar (Granada) en la necrópolis del Cerro de San Cristóbal cronológicamente perteneciente al Tercer periodo intermedio, concretamente al reinado de Osorkon II. 

Estatua de baja época procedente de Chipre en el Museo arqueológico de Estambul.

Hay más pruebas de la presencia de Bes en la península, no más de 20 en total, incluidos dos amuletos en Chipiona y Rota que podrían proceder de época romana, apuntando a la posibilidad de un culto a Bes en esa época. 

Esto demuestra también que su presencia y popularidad continuaron incluso cuando el país dejó de estar en manos de nativos y pasó a periodos tardíos de dominación extranjera. No obstante, sabemos que contó con templos en Nubia (Meroe, Musawarat e s-sufra y Napata). Del mismo modo existieron lo que hoy en día se han llamado “habitaciones de Bes”, estancias privadas en viviendas, palacios y edificios sagrados en las que el dios es representado en las paredes, pertenecientes al Reino Nuevo y periodos tardíos. 

Estatua de bes de época romana en el museo de Israel.

Hasta el día de hoy tenemos registradas 142 representaciones de Bes en la época del imperio aqueménida (persa). No es de extrañar ya que los persas conquistaron y reinaron en Egipto durante 124 años aproximadamente llegando a contar con hasta 9 reyes durante dicho lapso de tiempo. 14 de los 30 ejemplos ya catalogados de amuletos con la imagen de Bes fueron encontrados en Susa, traídos de Egipto por ciudadanos que vivieron bajo el reinado de Darío I (Kamyar Abdi, 2002 p.6). Tras Susa, Persépolis ofrece el mayor número de objetos representando a Bes encontrados en el imperio aqueménida. 

Las imágenes de Bes encontradas en tierras Asirias parecen ser objetos traídos desde Egipto y no manufacturados allí a propósito. 


RELACIÓN CON OTROS DIOSES 


Se le relaciona con las diosas Bastet, Taurt o Beset, normalmente como sus esposas. Beset no deja de ser la contrapartida femenina del dios creada ex-profeso por este motivo, al menos desde el Reino medio que son las fuentes más antiguas que atestiguan su existencia. Esto podría llevarnos a pensar que incluso Beset es anterior al mismo Bes, siendo por tanto una diosa en si misma y no una creación ex-profeso para acompañar al dios si consideramos que el dios león del Reino medio es Aha y no Bes. 

Imagen de Beset en el museo de Sudán. Créditos de la fotografía: Clemens Schmillen en Wikipedia.

Algunos autores incluso sugieren una relación de Bes con Ra, siendo el primero una especie de versión solar popular (H. Altenmüller) al aparecer en ocasiones Bes rodeado de monos, animales protectores de Ra. 


CONTEXTO FUNERARIO 


Dentro de un contexto funerario Bes era el guardián de una de las puertas de la Duat, la correspondiente al horizonte oriental. También se le llega a asignar la función de protector del niño solar, como se puede ver en un amuleto encontrado en El-Amarna (K. Bosse Griffith). 

En una representación que aparece en el papiro de Brooklyn recibe el epíteto de “Bes de los siete rostros” 


PARA FINALIZAR, OTRO ENFOQUE 


Un estudio, interesante aunque fuera del ámbito analizado en esta entrada, es la comparativa entre Bes y Heracles, cuyo trabajo podéis ver en la bibliografía y cuya lectura recomiendo por su interés relacionando al dios Bes, aunque una forma tardía del mismo, con un héroe griego de la talla de Heracles. En este trabajo se intenta comparar a ambos personajes tanto a nivel iconográfico como con fuentes textuales y muestra conclusiones muy interesantes, pero, al estar centrado en representaciones tardías de Bes, no anteriores al siglo VIII a.c. y de Heracles en sus primeras menciones y representaciones, no he considerado sus conclusiones interesantes para esta entrada en la que me he centrado en la figura de Bes clásica y tradicional, tanto aquella más conocida surgida durante el Reino Nuevo como sus antecedentes del Reino Medio. 

Pendiente de Bes de época desconocida. Créditos de la imagen: Science Museum group collection.

Por tanto, aunque iconográficamente ambos personajes muestran similitudes, como el manto de león, considero que, al tomar siempre como referencia un Bes tardío y cuyas representaciones se encuentran en amuletos y objetos de época fenicio-chipriota, persa o de otras zonas igualmente alejadas de Egipto, no aportan un valor especialmente útil para su imagen clásica. 

                                             

















Bibliografía: 

Altenmüller, H. (1986), Die Apotropaia und die Götter Mittelägyptens. Eine Typologische und Religionsgeschichtliche Untersuchung der Sogenannten "Zaubermeser"desMittleren Reichs. . Munich. 


Arroyo de la Fuente, María Amparo - Evolución iconográfica y significado del dios Bes en los templos ptolemaicos – Revistas Espacio, Tiempo y Forma. Series I-VII
Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua 


Bacquerisse Silvia Lupo, Cristina -The god Bes at Tell El-Ghaba, a site in the ancient egyptian eastern border, 2015 


Budge, Ernest, The Gods of the Egyptians, vol. II, New York: Dover Publications, 1969 


Carolyn Graves-Brown - Daemons and Spirits in Ancient Egypt (Lives and Beliefs of the Ancient Egyptians) 




Díaz Santoro, L. - Bes y la función "Gorgónica" en la mitología egipcia (2003) 


Engy El-Kilany – The Protective Role of Bes-image for Women and Children in Ancient Egypt, 2017 


Gómez Lucas, David - Bes y Heracles: estudio de una relación (Universidad de Sevilla) 


Gómez Peña, Álvaro y Rodríguez Mellado, Jesús - A propósito de dos nuevos amuletos de Bes procedentes de Chipiona y Rota (Cádiz) 


Graves, Carl and Chapman, Sarah - Bes: Development of a deity – 2011 Birmingham Egyptology


Jequier, Gustave, Notes et Remarques 24. Origine du dieu Bes, RT 37, 1915 


Kamyar Abdi - Notes on the Iranianization of Bes in the Achaemenid Empire - Ars Orientalis Vol. 32, Medes and Persians: Reflections on Elusive Empires (2002), pp. 133-162 


López Grande, María José, Francisca Velázquez, Jordi Fernández y Ana Mezquisa, Amuletos de iconografía egipcia procedentes de Ibiza, Eivissa: Museo Arqueológico de Ibiza y FormenterA, 2014 


López Grande, Mª J., “Dioses egipcios del hogar”, en Revista de Arqueología año IX nº 91 (Madrid, 1988), 12-24. 


Romano, James, The origin of the Bes image, BES 2, 1980 


Romano, James, The Bes Image in Pharaonic Egypt, Ph. D. Thesis, New York, 1989 


Romano, James, Notes on the historiography and history of the Bes-image in Ancient Egypt, Bace 9, 1998 Rune Nyord (Editor), Kim Ryholt (Editor) - Lotus and Laurel: Studies on Egyptian Language and Religion (in Honour of Paul John Frandsen) 


Velázquez Brieva, Francisca - Un vaso con representación de Bes en la península Ibérica 


Wilkinson, Richard H. - Todos los dioses del antiguo Egipto


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